Historias que merecen ser contadas. Madre Teresa de Calcuta

Estás son historias que merecen ser contadas de mujeres, que desde su lugar han hecho la diferencia con su ejemplo nos inspiran a seguir y luchar, no perder las esperanzas y sembrar más amor. “Dar hasta que te duela”, o más bien no cansarse de dar y ayudar a otros en el amor de Dios.

MADRE TERESA DE CALCUTA (1910-1997)

La India es uno de los estados más grandes del mundo. Posee inmensas riquezas en todo su territorio y su subsuelo, además de una de las poblaciones más numerosas del planeta. Bombay, Delhi o Calcuta son grandes centros urbanos donde unos pocos privilegiados llevan una vida fácil, rodeados de un pueblo hambriento y enfermo, en los límites de la dignidad humana, resignado con su situación por una filosofía fatalista. Allí, entre la muchedumbre, actúa sin descanso una monja menuda, vestida con su sari blanco bordeado de azul, sostenida sólo por una fe inquebrantable; es la madre Teresa de Calcuta.

Agnes Gonscha Boyaxhiu -su verdadero nombre-, nació en Skopje (Yugoslavia),en 1910, en una familia de la pequeña burguesía. Nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, una antigua ciudad Albania hoy perteneciente a la República Yugoslava de Macedonia. Sus padres tenían pensado llamarla solamente Agnes, pero cuando vieron su cara parecida a un capullito, le agregaron Gonxha, que en albanés quiere decir capullo en flor.

En 1917 murió su padre, luego de que su socio en la empresa constructora lo dejara sin su parte. Entonces, la madre tomó las riendas de la familia y puso un negocio de ropa de encajes para así poder continuar con la educación de sus hijos.

Por los misioneros que volvían de trabajar en la India, tuvo noticia de aquel mundo de infelicidad y sufrimiento. Su sensibilidad y su fe la decidieron en seguida a elegir un camino; a los 18 años entró en la congregación del Loreto, con sede en Irlanda, que tenía un gran número de misiones